El signo de Virgo es uno de esos signos precisos y, nos atreveríamos a decir, quisquillosos. En este caso, es precisamente la quisquillosidad uno de los mayores defectos (si no el mayor). No hay duda de que ser preciso y hacerlo todo a la perfección es una virtud, pero sabes, ¿verdad?, que demasiado es demasiado.
La inquietud a menudo trae consigo problemas con la dote
En el trabajo, tu pequeño defecto se convierte en un punto fuerte: eres hábil y estás muy bien preparado por ti mismo, consigues hacerlo todo dentro del plazo e incluso, la mayoría de las veces, consigues anticiparte a los plazos gracias a tu rapidez y competencia. Y si surgen problemas en el trabajo, no digamos con los amigos, la familia y en tu vida amorosa. Si a esto le añades que consigues terminar los trabajos de forma impecable, ¿Cómo no te va a querer tu jefe? A menos que seas autónomo y te regocijes en tus propios logros, eso está claro. Pero ser demasiado exigente en el trabajo acarrea problemas inevitables si se trabaja en equipo. Hay profesiones en las que, por necesidad, te ves obligado a colaborar, ya sea en una redacción o en la más común de las fábricas, y querer ser demasiado preciso, a veces deriva en autoritarismo, que no es una característica de los nacidos bajo el signo de Virgo.
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La racha autoritaria de Virgo
Sin embargo, emerge, inconscientemente. Y para notarlo están sobre todo esos colegas que, en un momento dado, ya están hartos de estacas y de sus observaciones sobre cómo debe o no debe hacerse un trabajo, que sueltan de una vez por todas. Pasando a crear, en algunos.
circunstancias, tensiones difíciles de curar. Es cierto. Mientras haya trabajo de por medio, siempre se puede encontrar una solución, de un modo u otro. Aunque solo sea porque los superiores están ahí para enderezar a los empleados y ponerlos rápidamente en su sitio. En cambio, cuando se trata de relaciones interpersonales, ahí sí que la quisquillosidad desmesurada de las Vírgenes puede crear algunas dificultades. Piense en la más común de las relaciones. Las tensiones, como Paolo Fox ha tenido ocasión de señalar en varias ocasiones en sus previsiones astrológicas, se crean en pequeñas cosas, en circunstancias cotidianas que sería realmente impensable que pudieran desembocar en peleas o grandes tensiones. Pero lo hacen. Si la limpieza de la casa no se hace de una determinada manera, si la carne no se cocina de la forma más adecuada, si el grifo del agua gotea, Virgo tendrá sin duda algo que decir contra su pareja.
Por lo tanto, si la "segunda parte" de la pareja es un signo de Fuego, habrá una discusión con lanzamiento de platos, pero si es un signo de Agua, existe la posibilidad de algún pequeño desacuerdo, que puede resolverse en poco tiempo. Es inevitable que dependa mucho de un signo a otro. Hay quienes son más comprensivos y quienes no lo son en absoluto. Y el mismo tipo de problemas, quizá en proporciones diferentes, puede darse también en las relaciones con amigos o familiares. Lo mismo ocurre, explica Fox: los Virgo resultan ser demasiado precisos y puntillosos, y esto genera una situación de inevitable tensión en el ambiente.